sábado, 28 de junio de 2014

Toda clase de pieles. Adaptación

 El reino de la Música

Érase una vez un reino muy lejano unos reyes que gozaban con gusto de todos los placeres de la vida, acababan de tener una hija. Eran años de riqueza y plenitud en los que abundaba la felicidad.
No existía en todo el reino una mujer que igualase en belleza a la reina. Tenía los cabellos rojizos, unos ojos verdes, piel rosada y unos labios color carmín. El rey estaba tan enamorado de su esposa que vivía por y para ella.

Cuando la princesa cumplió 5 años, los reyes le prepararon una gran fiesta. Vino gente de todas partes. Fue un día muy agradable y la princesa recibió tres regalos de sus padres. Una manta muy delicada tejida con hijos de oro que abrigaba como diez abrigos y una brújula.

Pocos días después la familia real salió a dar un paseo, y cuando regresaron al castillo la reina no se encontraba bien. Se había resfriado. El leve catarro se convirtió en gripe. El médico fue a visitarla pero no puedo encontrar ningún medicamento para curar a la reina. Su salud fue empeorando, con tan mala suerte que acabó muriendo. Y en su lecho de muerte le hizo prometer al rey que encontraría otra esposa, tan buena y bella como ella, y que quisiese a su hija. El rey accedió a la promesa, pero su tristeza era tal, que no tenía ganas de conocer a nadie, pues no encontraba consuelo para tal dolor.

El rey tenía tal amargura que se fue tornando solitario. Sus consejeros le dijeron que tenía que contraer matrimonio para que el reino tuviese una reina, o que si no debía de casar a su hija con algún príncipe y consolidar los reinos.

En el decimosexto cumpleaños de la princesa, el rey se sentó a tener una conversación con su hija. Le explicó que debía de casarse por que él estaba muy triste y quería cederle el trono, pero antes debía estar casada para que hubiese un rey en el reino.
El rey tenía un pretendiente para la princesa, era el príncipe del reino vecino, pero la princesa no estaba enamorada de él. No le gustaba para nada, así que ideó un plan.

La princesa le dijo a su padre que quería que le consiguiese un piano fabricado con todos los tipos de diferentes maderas que pudieran encontrar en el reino, porque pensó que era algo tan difícil que le llevaría mucho tiempo y así le daría tiempo suficiente para poder encontrar a su enamorado.

El rey se apresuró y mandó a todos los carpinteros del reino a buscar maderas para fabricar el piano. Finalmente después de una semana cuando el piano ya estaba listo, se lo mostró a la princesa y le dijo:
- Mañana se celebrará la boda

Cuando la princesa vio que no había ninguna forma de cambiar la decisión de su padre, pensó en escaparse. Esperó a que se hiciera de noche y mientras todos dormían cogió un bolso y metió ahí su brújula, su manta y su piano. Se pintó el color del pelo, y se cambió de ropa para que no la reconociesen. Salió del castillo y se adentro en la oscura espesura del bosque.

Tras andar varias horas, se sentía cansada por lo que se sentó y se quedó dormida. A la mañana siguiente un grupo de músicos de la farándula se la encontró con la princesa. Ésta se despertó asustada y les dijo que era una campesina que no tenía a donde ir y que si podía ir con ellos. Los músicos le dijeron que ella se encargaría de cocinarles y limpiarles mientras ellos actuaban por los diferentes reinos.

Estuvieron viajando varios días hasta que realizaron su primera parada. El primer día la princesa le preguntó a uno de los músicos que tocaba el piano que si podía ver la actuación, y él le dijo que sí, pero que luego quería la cena preparada.
La princesa estuvo viendo la función un rato y luego se fue corriendo a hacer la cena.
El músico con el que había hablado (Juan) se encontraba mirando un mapa para saber cómo llegar al próximo destino  porque estaba un poco perdido. La princesa al oír esto, se le ocurrió ponerle en su bandeja de la cena la brújula que le habían regalado de pequeña.

Más tarde Juan le preguntó:
    — ¿De dónde ha salido ésta brújula?
Y la princesa respondió:
    — No lo sé, no sé de dónde ha salido ni como ha llegado hasta ahí

Pasadas unas semanas, ya empezando el invierno una noche estaban actuando los músicos cuando cambió el tiempo, un aire frío procedente del norte traía nubes frías con grandes heladas... Debían prepararse pero les pilló tan de sopetón a aquellos músicos que no tenían todavía ropas de abrigos. Fue la noche más fría del año y la princesa una vez más después de la función preparó la cena de los músicos y cuando ya estaban dormidos observo como Juan estaba tiritando de frío. Entonces la princesa se levantó, cogió su manta tejida con hilos de oro y se la echó por encima a Juan.
No lo notaba pero la princesa poco a poco se iba enamorando de él.

A la mañana siguiente cuando Juan se despertó preguntó:
    — ¿Quién me ha traído esta manta?
La princesa contestó:
    — No lo sé, no sé nada sobre esa manta ni tampoco de dónde ha salido.

Así que Juan al no poder aclarar el misterio le dijo que se fuera.
Pasó algún tiempo y un día los músicos tuvieron un accidente con el camión dónde transportaban los instrumentos, quedando el piano de Juan con muchas teclas rotas.
Juan se lamentó porque no podría volver a tocar con su grupo, y no tenía dinero suficiente como para arreglar el suyo o comprarse otro.   

La princesa al ver la situación, sintió pena por lo ocurrido y tuvo una idea.

Esperó a que anocheciera y que todos estuviesen dormidos, pero Juan no podía dormir pues seguía muy preocupado por lo ocurrido. Vio como la princesa se levantaba y se hizo el dormido dispuesto a averiguar qué hacía por las noches. De pronto vio como la princesa sacaba un piano y se lo dejaba en su camarote.

El músico sorprendido se levantó, se dirigió hacia ella y le dijo:
— ¿De dónde ha salido ese piano?
A lo que la princesa respondió:
— No lo sé, no sé nada sobre ese piano, ni tampoco de dónde ha salido.
Y el músico dijo:
Sí lo sabes, te acabo de ver dejándolo tú ahí.

La princesa se sonrojó por que no sabía que el músico le había visto entonces se sentó con él y le explicó que se sentía muy mal por lo que le había pasado y que sólo quería ayudarle.
El músico comprendió que había sido ella en todo momento quien había estado cuidando de él y no se había dado cuenta.

Cogió a la princesa de la mano, le miró a los ojos y le dijo:
— Muchas gracias por haber cuidado de mí durante todo este tiempo. Siento no haberme dado cuenta antes. Te quiero y quiero casarme contigo
 La princesa sonrojada contestó:
— Sí, yo también te quiero y quiero casarme contigo.

Entonces la princesa le explicó al músico que ella era realmente una princesa, no una campesina pero que ahora que había encontrado a su amor podía volver al reino con él, se casarían y vivirían felices.
Juan no se lo podía creer. Se sentía tan feliz, y a la vez culpable por no haberse dado cuenta antes.

Los dos juntos llegaron al reino de la princesa. Ella fue a ver al rey, le pidió perdón por haber estado tanto tiempo fuera, pero que no se preocupase porque ya había encontrado a su amor y que se iban a casar.

El rey alegrado de ver a su hija y sorprendido de la noticia encargó todos los preparativos para celebrar esa boda al día siguiente. Todo el reino estaba muy contento porque iban a volver a tener una reina.
El día de la boda fue un día muy emotivo donde todos fueron felices y disfrutaron de la ocasión.  


Al final, la princesa y su músico del piano vivieron enamorados, reinaron con amabilidad y justicia y quedó conocido el reino como “El reino de la música” porque los reyes ordenaron a partir de ese día que no faltase la música nunca. Fueron años de abundancia y felicidad para todos.


El cuento “El reino de la música” es una adaptación del cuento “Toda clase de pieles”.

La estructura del cuento que he creado es la misma que la del cuento encontrado en la antología de cuentos que se corresponde con el que indica la guía práctica de la asignatura.
·La familia de la protagonista es muy feliz.
·La muerte de la madre supone un giro en la vida de la protagonista.
·La princesa se ve obligada a huir debido a una situación que se genera en la historia.
·En la historia he cambiado los objetos por una brújula, una manta y un piano. Dichos objetos muestran como es la princesa y el hecho de que ella los regale voluntariamente van reflejando su amor hacia una persona.
·La protagonista asume dos personalidades
·Conoce en un bosque a quien será su enamorado.
·El enamorado descubre quien es en realidad la protagonista.

Aunque la estructura en sí sea la misma he cambiado algunas cosas con respecto al cuento original:
·La protagonista huye porque la van a obligar a casarse con otro príncipe y no con su padre.
·La protagonista le pide un regalo al padre para ganar tiempo y para ver si consigue persuadirle de la idea.
·Los objetos que coge la protagonista antes de huir son completamente diferentes.
·En mi cuento la protagonista no se hace pasar por loca sino que se hace pasar por una campesina que no tenìa a donde ir.
·La princesa no se enamora de un príncipe sino de un músico.


Como conclusión creo que ésta adaptación la utilizaría en el segundo ciclo de primaria, más concretamente en sexto de primaria porque creo que la trama y el lenguaje quizá pueda resultar algo complejo para niños más pequeños.
Además, tras haber estudiado los temas de interés en la lectura según la edad de los niños, creo que los alumnos de edades inferiores no encontrarían interesante un cuento sobre el amor y la búsqueda de un sueño que es básicamente de lo que trata esta adaptación.

  

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