El segundo bloque de esta asignatura trata sobre los textos
folclóricos, así pues hemos estudiado su clasificación, características y el
uso de los cuentos folclóricos en primaria. Selección de textos y sobre todo lo
más divertido para mí ha sido hacer una adaptación.
Primeramente cabe decir que un texto folclórico se compone de
un texto literario escrito por y para el pueblo cuyo fin es entretener a
la gente. Se solían trasmitir de manera oral y ocasionalmente se utilizaban
para dar lecciones moralizantes. Su contenido era bastante realista puesto que
reflejaban gran parte de la realidad y poseían elementos simbólicos. Por
tanto la principal diferencia entre el folclore literario y la literatura
folclórica es que el primero nace de autores anónimos e incultos, pero que conocen
y difunden por haberlo recibido de forma tradicional, como pueden ser por
ejemplo coplas populares o las leyendas tradicionales o relatos; en cambio el
segundo, que ha sido realizado por escritores cultos que representan
situaciones de índole folclórica.
El texto folclórico por tanto aparecía en cualquiera de los
tres grandes géneros:
En prosa, encontramos textos paraliterarios (fábulas y
mitos) y textos literarios (cuentos y leyendas). Cabe destacar a autores como
por ejemplo Charles Perrault, que hace adaptaciones con una intención
moralizante; Los hermanos Grimm, por ejemplo eran recopiladores que por el
contrario no presentan intención alguna o H.C. Andersen quien fue escritor de
cuentos juveniles.
En cuanto a teatro, este género ha existido durante
siglos. Sin embargo, no existen textos teatrales folclóricos. Esto se debe a
que las historias se transmitían como hemos mencionado anteriormente de manera
oral. En cambio, sí que existen las dramatizaciones, las cuales son interpretaciones
y representaciones que se hacían de la historia que se transmitía oralmente.
Estas podían ser:
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Los Cómicos de la legua: eran así conocidas aquellas
personas que no tenían otra forma de vida y se asociaban. Solían comprarse
entre todos un carromato y se dedicaban a la interpretación de pequeñas
representaciones teatrales. Viajaban de un lado a otro por lo tanto se
consideraban nómadas. Existen algunas películas donde podemos ver la función de
éstos: “Los cómicos de la legua” y “Las cosas del querer”. Además
representaban pequeñas obras infantiles (para niños), las cuales se
conocen por el nombre de: Títeres de cachiporra.
En lo referente a la poesía, decir que estaba ligada al baile,
la danza y la música, con lo que recitaban y cantaban nanas, textos para
recitar y textos para jugar. Está muy vinculada a la música y al juego. Es
importante distinguir por tanto la poesía popular de la poesía folclórica, ésta es la poesía
tradicional.
Podemos encontrar distintos tipos de poesía folclórica:
Las oraciones de carácter pagano
Las canciones o cancioncillas de amor
Las coplas
Estos textos han compuesto una pedagogía espontánea y
natural que era común en situaciones de coloquio doméstico, campesino, el patio
de los vecinos y la calle.
Personalmente opino
que es algo relevante el hecho de que los colegios puedan reemplazar estas
situaciones adaptándolas al ámbito docente y a la sociedad actual. Cuando era pequeña,
no recuerdo con exactitud en el colegio, pero sí recuerdo que los cuentos que
me contaban mis abuelos y bisabuelos eran aquellos que se transmitían de forma
oral y eran por tanto cuentos tradicionales, como Caperucita Roja, Pedro y el
Lobo, Los tres cerditos... Crecí creyendo que estos cuentos habían sido creados
para niños, sin embargo ahora me doy cuenta que eran historias para adultos,
aunque difundidas y escuchadas por todo tipo de gentes, de cualquier edad ya
que en aquella época el concepto de infancia no existía, por tanto, no había
ningún tipo de cuidado hacia los niños a la hora de apercibir algún peligro
real o dar alguna lección moral. Me ha sorprendido la versión original de
Caperucita Roja. He podido reflexionar sobre el recurso de la transmisión oral,
pues nos puede resultar muy útil en el aula, para aproximar, de forma
adaptada y más sutil, a los niños a los problemas y actitudes del mundo adulto,
para que luego reflexionen sobre ello.
Recuerdo que en numerosas ocasiones durante mis años de
estudiante, solíamos leer adivinanzas, poesías... incluso recuerdo un libro que
aún conservo que se titula: “Cuentos y Leyendas de la mitología griega” donde
encontramos fábulas, las cuales teníamos que analizar y sacar la correspondiente
moraleja.
Actualmente creo que la Literatura Folclórica a grandes
rasgos no está muy presente en las aulas, en cambio depende también del curso
en el que estemos o del profesor. Como he comentado con anterioridad en la
reflexión del bloque I, en mis prácticas tuve la oportunidad de trabajar con
los alumnos el tema de los cuentos, y poder hacer adaptaciones. Sin embargo
como he dicho no creo que sea algo general que se haga en todos los centros,
pues en los libros de texto apenas se menciona éste tipo de literatura (al
menos en los que yo he podido ver de segundo ciclo, no aparece en la
programación...). Hubo un día que les
leí “La fea durmiente”, y les pareció
muy curiosa pero no paraban de hacer comparaciones con la historia que ellos ya
conocen que es la versión de la Bella Durmiente, que posteriormente fue llevada
al cine. Posteriormente estuvimos hablando sobre la belleza interior y exterior, tampoco quise profundizar mucho en el tema pues
al ser alumnos de 8 años en su mayoría no poseen un desarrollo evolutivo como para
valorar de una forma “objetiva” pues al hablar sobre ello la mayoría nunca se
había parado a pensar en eso, es decir, son conceptos en los que no se fijan.
Están todavía en la edad donde por ejemplo juegan todos con todos, no hay
grupitos en clase sino que son todos uno, no juzgan sino que tratan de ayudarse
unos a otros, lo cual me resulto precioso, y por un instante pensé en aquello
que dicen de que los niños son inocentes mientras son pequeños, y pensé ojalá
esa “inocencia” no se perdiese nunca, pues a medida que crecemos, maduramos y
evolucionamos, nos vamos llenando de “prejuicios” y demás cosas que luego son
esas “cosas” las que acaban definiendo nuestra persona.
En definitiva creo que es muy importante que sepamos
adaptar textos tradicionales. Como práctica hemos realizado la adaptación del cuento
“Toda clase de pieles” de los Hermanos Grimm, siguiendo
esencialmente tres pautas:
1º Mantener el punto
de partida,
2º Las pruebas hay que mantenerlas o cambiarlas por algo
parecido
3º El final lo
podemos modificar totalmente.
Como he dicho antes, me ha gustado mucho la actividad
y me ha resultado muy divertida e interesante, algo que sin duda intentaré
llevar a la práctica con mis alumnos a ver si puedo conseguir tan buenos
resultados como en mis prácticas de este curso.
Es verdad que desde pequeñita me ha gustado mucho la
asignatura de Lengua y literatura, será porque he tenido la suerte de tener
unos profes durante la Educación secundaria obligatoria y bachillerato que me
han sabido transmitir la asignatura con ganas y pasión, de igual forma que me
gustaría transmitir a mí así las clases, pudiendo de tal manera difundir el
folclore y motivar a mis alumnos con historias que conocidas o no pero que
a su vez son diferentes.
Como conclusión recalcar que los textos folclóricos nos
permiten trabajar la interpretación, la entonación, los gestos, la
música e incluso educación artística. La escucha de cuentos tradicionales orales,
estimula como hemos dicho la imaginación, la creatividad y la capacidad crítica
de los niños, puesto que aumentan su sensibilidad, les alegra recordar y a la
vez comparten el recuerdo. Comparto la
opinión de que los cuentos narrados o leídos en voz alta crean vínculos de
afectividad y contribuyen a la felicidad personal de los receptores.
Resultaría muy útil que por ejemplo pudiesen venir familiares de los alumnos a
contarnos historias, narrarnos mitos, leyendas, fábulas que conociesen, nuestro
país como de cualquier parte del mundo de tal modo que los alumnos pudiesen
tener un acercamiento a diferentes tradiciones, culturas, favoreciendo con ello
erradicar el racismo por ejemplo, o potenciar valores positivos. Es
imprescindible durante su desarrollo, la transmisión oral, el alumno que oye,
escucha, cuenta y crea sus propios cuentos, interiorizando así recursos
literarios, palabras y estructuras que luego personaliza.
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