jueves, 17 de marzo de 2011

Reflexión sobre un dibujo dictado

Un día como otro cualquiera me levanté, desayuné, y me dirigí hacia clase. Los martes y los jueves eran los mejores días de clase, por eso, esa mañana decidí ir...

Cuando entré estaba algo adormilada, menuda clase de psicología... y para colmo seguidamente si ya de por si esa clase había sido espesa, la siguiente me resultó aún más difícil. Habilidades de comunicación oral y escrita... ¡qué grande!, en cambio a nuestra querida profesora no se le ocurrió nada mejor que hacernos una actividad un tanto divertida... Se trataba de hacer un dictado, pero no un dictado cualquiera sino el de un dibujo. ¿Qué pensáis que es fácil? pues de eso nada... Yo, que tanto uso hago de la comunicación en todos los sentidos me reí por dentro (ilusa de mi) pensando que iba a ser súper fácil.
Para mayor inri, salió una compañera (Miriam) y después de tener varios segundos para ver la imagen, se decidió a dictarla. Pusimos los folios en apaisado, y pese a que nuestra compi lo intentó hacer lo mejor posible, yo no era capaz de pillar palabra... solo era capaz de imaginar líneas rectas infinitas. Cuadrado arriba, triángulo abajo, pim pam ¡plash! me estrelle... hice un poco de trampa pues le echaba un ojo a los dibujos que hacían los demás compañeros, pero claro tampoco me fiaba mucho pues evidentemente cada uno lo interpretaba de una manera. Desde luego que si eso hubiese sido un exámen, hubiera sacado un 0 como una casa.
Menuda clase, recuerdo que se me puso un dolor de cabeza, por intentar entender algo que me parecía tan complejo. Cada dos por tres nuestra compi tenía que repetir y repetir para que nos enterásemos de algo, pero aún así no sé del todo cuánta gente lo llegó a tener bien.

Una vez finalizada la clase, di gracias por terminar... jajaja, pero nuestra profe no se quedó ahí y nos avisó de que la próxima clase íbamos a hacer otro.

Cuando me quise dar cuenta, a los 2 días me volví a encontrar en la misma situación, pero esta vez me temblaban hasta las piernas, mis manos podía casi escurrirlas, y eso por no hablar del dolor de cabeza de solo pensarlo... jajaja Quizá debería de haberme sentido más segura pues ya sabía a lo que atenerme, pero no fue así.

Ahí estaba, ya no había vuelta atrás. Ésta vez primero salió Javi, el cual por cierto no lo hizo nada mal, seguidamente salió Christian y por último Alberto. Bueno pues os puedo confirmar que pese a la primera experiencia, de la cual muchos "aprendieron" y la segunda vez no les salió tan mal, en mi caso no fue así. Si la primera fue mala la segunda no fue peor fue lo siguiente a peor, desastroso quedaría corto.

Parecía estar escuchando una lengua distinta a la mía, en un código desconocido en el que sólo podía entender formas geométricas. De nuevo triángulo arriba, cuadrado abajo, rectángulo a la derecha ¡pim pam! y Patricia fuera del mapa, estaba más perdida que un astronauta perdido por el espacio.
Llegó un momento en el que me rendí, era incapaz de dibujar una sola línea, y para disimular con Irune, me copie un poquito del compi que tenía a mi lado pero ni con esas dimos en el clavo. No os podéis imaginar que trajín de actividad, creo que nunca he ejercitado mi mente tanto como ese día, debí de perder miles de neuronas del esfuerzo y quedarme en un estado de tipo "Homero Simpson" de grado avanzado con las neuronas divagando por mi cerebro.
 
Chicos/as ese día descubrí que no era tan buena receptora como pensaba... También es cierto que la tarea del emisor tampoco era nada fácil y pese a que cada uno lo intentó hacer lo mejor que pudo con el que mejor me enteré fue con Javi, en el momento en el que cambiaron a los otros dos compañeros la cagué, me bloqueé y no hubo forma de resetear mi disco duro.
A lo que voy con todo esto, es que la actividad tenía intención de que viésemos nuestras capacidades de emisores y receptores y desde luego cumplió satisfactoriamente su objetivo.

Desde mi postura de receptor, como os he dicho, no me resultó nada fácil pero me quedaba comprobar mis dotes como emisora, pues imaginaros cuando tenga que dictar algo a niños y niñas de primaria, tengo que ser brillante. Con este pensamiento, el típico domingo de comida familiar, (después de haberme impreso con anterioridad unas copias de cada dibujo) me dispuse a practicar el ejercicio con mis tíos y abuelos. Con deciros que mi familia no duró ni media hora en tirar la toalla… Tenía que repetir cada línea una media de 5 veces, y por otra parte ellos que son muy impacientes pues tampoco me daban opción a nada con sus continuas preguntas y repite, repite, repite…

En conclusión que fue una actividad muy buena para observar si estamos capacitados a escuchar correctamente el mensaje y a funcionar como correctos transmisores de información a pesar de las dificultades que nos podamos ir encontrando a lo largo de nuestro camino. Es un ejercicio que recomiendo pues también resulta cómico, nunca nadie se ha parado a dictar o hacer el dictado de un dibujo… ¿ O sí?.

martes, 8 de marzo de 2011

Instrucciones para escribir un poema... ;)

 Hoy vamos a aprender los pasos a seguir para la composición de un poema. No os infravaloréis pues ¡cualquiera puede hacerlo! Es tan fácil cómo esto:

Para comenzar nos situaremos en un lugar tranquilo, dónde nos sintamos cómodos, relajados y a gusto. Es recomendable que sea un sitio en el que haya silencio aunque en muchas ocasiones si buscamos un lugar al aire libre puede ser idóneo pues puedes relajarte con el sonido del mar por ejemplo, o si estás en la montaña con la brisa o el revoloteo de pájaros y sonidos de los árboles o simplemente en lo alto de algún lugar teniendo de fondo todo un mundo a tus pies. 


Claro que todo esto es opcional pues cada uno puede tener su fuente de inspiración en un sitio diferente, pero lo importante es encontrar ese sitio especial donde poder tener tiempo para uno mismo sin que sea demandado cada cinco minutos.
En ocasiones cuando se va a escribir sobre el amor hacia alguien también ayuda el tener una foto de esa persona a mano o algo que nos recuerde a ella y eso a veces suele dar el toque perfecto al paraje que hayamos elegido.

A continuación debemos de pensar sobre qué tema queremos hablar, o qué queremos escribir. En la mayoría de los casos dependiendo del estado anímico que presentemos cada día así nos apetecerá escribir una cosa u otra y en función de cómo nos sintamos así podrá variar el tema sobre el cual queremos hablar. Dicho esto por eso se aconseja que si uno empieza una composición (corta) será mejor que lo acabe en el mismo día pues muchas veces si se dejan pasar días y se vuelve a retomar puede que tus sentimientos hayan cambiado y no seas capaz de continuar.

El ejercicio puede ser útil para reflexionar, desahogarse, relajarse e incluso muchas veces sirve como búsqueda del yo interior, es como un reencuentro con el sí mismo…
Una vez se cumplan los requisitos y necesidades requeridas, deberemos armarnos de los instrumentos necesarios para la composición.  Con un boli, un lápiz, un borrador y unas cuantas hojas en donde escribir bastará.
Una vez escogido el lugar y teniendo los materiales y accesorios necesarios pasaremos a realizar la composición. 



Primero cogeremos una de las hojas en forma de borrador donde vamos a exponer de forma breve las ideas que queremos plasmar y sobre el tema que vamos a tratar.
Una vez finalizada esa tarea tendremos esa hoja a mano pues muchas veces a medida que vas escribiendo puede que te surjan nuevas ideas.


Por otra parte tendrás otra hoja donde irás escribiendo frases u oraciones con sentido. No te preocupes demasiado en la rima pues en los tiempos que corren no es algo imprescindible en tu composición.

Y por último tendrás una tercera hoja dónde vas a ir modelando tu poema.
No te preocupes por el orden de las palabras pues mientras el texto sea coherente dará igual si dices por ejemplo: “ … y la lluvia caía del cielo” que si dices: “y del cielo caía la lluvia…”. No te desanimes si ves que no te sale, lo mejor es que dejes que las ideas fluyan de tu cabeza porque si realmente lo sientes la composición se realizará sola y cuando quieras darte cuenta la tendrás entre tus manos.

Para finalizar lo que tienes que hacer es juntar las ideas del borrador más las frases que has ido anotando en el segundo borrador, ordénalas a tu gusto y listo, ¡Ya tienes tu poema recién salido del horno!.
Os adjunto uno de mis poemas favoritos, es de Pablo Neruda. Disfrutarlo. 
Mucha suerte y para cualquier aclaración no duden en contactar al 555-550.